Nombre completo: Charles Henry Walsh.

Fecha de nacimiento: 17 de octubre de 1975.

Lugar de nacimiento: Staten Island, Nueva York.

Lugar de residencia: Woodsboro, California.

Estado civil: Casado.

Ocupación: Profesor asistente en el Woodsboro High School (1996-1998); profesor de Inglés y tutor en varios cursos (1998-2009); jefe del departamento de Lenguas (2013-2019); profesor de Literatura Contemporánea (2010-actualidad) y director del Woodsboro High School (2019-actualidad).

Charles nace en Staten Island el 17 de octubre de 1975, primogénito de Michael, un empleado de un banco, y Elizabeth Walsh (née Stephens), una dependienta en la sección de Perfumería de Bloomingdale's, unos grandes almacenes de la ciudad de Nueva York.

Cuando tiene cinco años, nace Paige. A Charles se le cae la baba con su hermana pequeña, de manera que los clásicos celos de los que tanto habían alertado a los Walsh no se convierten en motivo de preocupación alguno para la familia.

Gran parte de la infancia de Charles y Paige la pasan acompañados de su padre o de sus abuelos, ya que su madre trabaja más lejos de casa y siempre llega agotada. Ahí empieza a desarrollar varias de sus pasiones, como pueden ser la literatura, la música o el cine.

Después de intentarlo por activa (hincando los codos como el que más) y por pasiva (estando en el equipo de baloncesto del instituto), consigue una plaza en la NYU para estudiar Literatura con una beca de estudios. Está a punto de dejar la carrera varias veces porque siente que está perdiendo el tiempo, hasta el punto de pensar seriamente en matricularse en Historia... pero una vez que empieza algo, decide acabarlo.

Para intentar ganar algunos ahorros mientras sigue viviendo en casa de sus padres, se presenta a una plaza como asistente en el departamento de Literatura Francesa. Le cae en gracia al profesor, y lo cierto es que él también guarda buen recuerdo: vuelve a hacer que le interese la carrera en la que se matriculó, llegando incluso a escribir sus propias obras (no ven la luz del cajón del escritorio).

Después de pensarlo durante mucho tiempo, decide rechazar una plaza en un máster en la Sorbona, ofrecida gracias a sus contactos en la universidad: Francia está muy lejos de casa y, aunque quiere independencia, siempre necesitará el calor del hogar. Sin embargo, y alentado por su hermana, se postula para trabajar dentro de la bolsa de trabajo de Educación.

La bolsa de trabajo lo envía a la otra punta del país al poco de haberse graduado en la universidad. Más concretamente, a Woodsboro, donde empieza a trabajar como profesor asistente en el instituto de la localidad. Empieza como algo puntual y espera irse cuanto antes de allí para poder trabajar cerca de los suyos... Pero con lo que no cuenta es con conocer a Florence en una bolera, aunque en un principio su relación no sea muy idílica. Para qué engañarnos, no se soportan (y hasta prácticamente el momento de su primer beso, Charles piensa que lo odia).

Que tu jefe aparezca muerto es raro, pero si lo matan dos de los estudiantes del instituto en una ola frenética de crímenes y cuelgan su cuerpo de un poste... Lo primero que haces es salir por patas. Después de los asesinatos perpetrados por Billy Loomis y Stu Macher, Charles se va de Woodsboro durante una temporada. Alega problemas psicológicos, aunque más bien es la pesadilla recurrente con la figura del director del instituto atormentándolo noche y día.

Vuelve al cabo de un tiempo, en parte animado por su familia, quien le dice que todavía tiene toda la vida por delante y que siempre puede volver a casa. Y lo hará, pero en ocasiones puntuales, porque acaba fijando su residencia en California. ¿Los motivos? Se resumen en Florence, con la esperanza de que algún día puedan marcharse de allí y vivir juntos en la ciudad que nunca duerme.

Ya está asentado en el instituto de Woodsboro cuando nace Audrey, y durante una temporada vuelve la idea de irse de vuelta a Nueva York. Se disipa en cuanto las peleas con sus suegros son constantes: siente que ya ha estropeado la vida de Florence apareciendo en ella, de manera que lo último que necesita es hacer lo mismo con la de su hija.

Después de unos años encargándose del departamento de Lenguas del instituto, le ofrecen el puesto de director del mismo. A decir verdad, no se presenta nadie: acaban echándolo a suertes entre su amigo y colega Scott dentro de la sala de profes. Sale la cruz cuando lanzan la moneda... y qué cruz.

Ingresan a su padre en el hospital a principios de año, con pronóstico grave y sin vistas de mejora tras ir arrastrando un cáncer que, en principio, había remitido.

Paige es quien se encarga de mantener unida a toda la familia en Nueva York, muy a pesar de un Charles que cada vez se ve más estancado en Woodsboro. Las discusiones con Florence van en aumento, y él decide dar(se) espacio yéndose una temporada de vuelta al que un día fue su hogar.

Michael muere a las pocas semanas, dejando a una familia abatida; especialmente un hijo que sigue pensando que podría haber hecho más de no estar tan lejos. Se queda unas pocas semanas más en casa con su madre, aunque Paige le repite por activa y por pasiva que no es su culpa.